La mediación es un método alternativo de resolución de conflictos. El objetivo es llegar a una solución integral de un conflicto evitando la instancia judicial. Trata de alcanzar un acuerdo duradero y justo, fruto del comportamiento, entendimiento y decisión de las partes.
Queda demostrado que las partes que han acudido a procesos judiciales en el ámbito familiar, no quedan satisfechas, perpetuándose en el tiempo el conflicto con el perjuicio sobre todo para los hijos. Con la mediación todas las partes ganan, porque son ellas quienes proponen la solución a su conflicto, cooperando conjuntamente y buscando el mayor beneficio para ambos.
El proyecto de ley de eficiencia jurídica pretende la implantación definitiva de la mediación para la resolución extrajudicial de conflictos en el ámbito civil y mercantil de forma mas ágil y económica para las partes.
El proceso es el siguiente:
- Contactar a un mediador familiar: Antes de iniciar el proceso, es necesario contactar a un mediador familiar acreditado y concertar una cita para una sesión de información.
- Sesión de información: En la sesión de información, se explica el proceso de mediación y se aclaran las dudas que puedan tener las partes sobre el mismo.
- Iniciar el proceso: Una vez que ambas partes estén de acuerdo en iniciar el proceso de mediación, se acordará una fecha para la primera sesión de mediación. Es un proceso voluntario, en cualquier momento una de las partes puede dar por concluido la mediación.
- Sesiones de mediación: Ambos miembros de la pareja deben acudir a todas las sesiones. El mediador ayudará a las partes a comunicarse y a llegar a un acuerdo sobre los términos de la separación. Pueden ser necesarias varias sesiones para llegar a un acuerdo.
- Acuerdo final: Si se llega a un acuerdo final, el mediador redactará un acta de acuerdo que será firmada por ambas partes.
- Presentación del acuerdo: El acuerdo final será presentado al juzgado de lo familiar para su homologación. Una vez homologado, el acuerdo se convierte en una sentencia judicial.
La mediación familiar es un proceso voluntario y no obligatorio, pero puede ser una forma eficaz y menos costosa para resolver conflictos relacionados con la separación. Además, es un proceso más amistoso y menos traumático para las partes involucradas, especialmente si hay hijos en común.